Un convertidor de fuente permite transformar la extensión de estos archivos en otra totalmente diferente. De esta forma, se consigue que el archivo sea compatible con varios programas.
¿Qué es una fuente?
Una fuente es un tipo de letra digital que utilizamos en nuestros procesadores de texto. Estas fuentes se dividen en archivos individuales que contienen modelos vectoriales con cada uno de los caracteres. En resumidas cuentas, cada archivo contiene una tipografía completa incluyendo letras, números y símbolos. Es importante que sean modelos vectoriales para poder escribir en el tamaño deseado sin pérdida de calidad.
Utilizar la tipografía correcta es importantísimo en muchas ocasiones. Por ejemplo, le puede dar la estética correcta a tu página web, pues cada fuente se adapta mejor a un diseño que otra.
Otra utilidad es para los trabajos del instituto o la universidad. Utilizar diferentes fuentes para títulos y texto dará contraste y estética a tu escrito. Además, es posible que el profesor te mande el trabajo en un tipo de letra determinado.
Formatos más usados por el convertidor de fuente
El formato más común que te vas a encontrar es el TTF o “TrueType Font”. Es el que Windows reconoce y el que permite instalar el archivo de tipografías en el ordenador para usar en programas como Word o Excel.
Además, nos encontramos otros archivos como el PDF, UFO, WOFF, T42, T11, SFD, PT3, PS, PFB, PFA, OTF, DFONT, CID, CFF, BIN O AFM. La mayoría son utilizados por otros programas y otros sistemas operativos. Por ejemplo, Adobe usa el CID y Mac usa el DFONT.
¿Por qué usar el convertidor de fuente?
Utilizar el convertidor es muy fácil. Lo único que hay que hacer es pinchar en el convertidor, seleccionar o arrastrar el archivo, seleccionar el tipo de conversión y esperar a que se descargue. Este convertidor tiene muchas utilidades que nos sacarán de más de un apuro.
- Sin instalación: Lo mejor del convertidor de fuente es que no necesita instalarse. Como es 100% online, lo vamos a poder usar en cualquier navegador compatible. Esto nos evitará llenar el disco duro con programas innecesarios, además de poder convertir archivos en ordenadores donde no tengamos permiso para instalar nada. Además, es muy rápido, por lo cual, nos vendrá de perlas si vamos con un poco de prisa.
- Perfecto para todos los sistemas operativos: Si utilizas sistemas operativos como Mac OSX, es posible que los formatos típicos de fuentes que encuentras en la red no te sirvan. Por suerte, gracias al convertidor se podrán pasar al formato que queramos. Lo mismo ocurre con Linux y con fuentes detectadas por un programa determinado, las cuales se podrán pasar a Windows y viceversa.
- En cualquier dispositivo: El que sea 100% online no sólo permite que no haya que instalar nada. Podremos hacer la conversión en el navegador de nuestro teléfono móvil o tablet, por lo cual, se acabó encender el ordenador para hacer estas cosas. Es más, incluso se podrá cambiar la fuente de tu Android si tienes el teléfono rooteado y el formato correcto.